A lo largo de la historia se ha utilizado la placenta, junto con sus membranas y cordón umbilical en diferentes rituales y con diversos fines, la mayoría de éstos, para protección del recién nacido/a y muchas veces también de su madre. Entre estos rituales se destacan, el enterrarla y ofrendarla a la tierra, el consumo de placenta o placentofagia, la conservación de la misma, la conservación del cordón umbilical, las artesanías realizadas para que lleve el recién nacido/a, medicinas realizadas a base del cordón umbilical, entre otros. (Olivera, X. 2019).
Día a día observo a las mujeres, que por diversos motivos y contextos, no se llevan sus placentas, quedando está a disposición de un centro hospitalario, donde se elimina como desecho biológico envuelto en plástico, esta situación es parte del gran porcentaje de la realidad de los partos que ocurren dentro de las instituciones de salud en Chile. Sin embargo, en varios países, el uso de la placenta humana y anexos en el tratamiento de diversas patologías y como fuente de nutrientes y beneficios se realiza hace algunos años y va en aumento (Olivera, X. 2019).
En un estudio realizado en torno al consumo de placenta, acerca de los nutrientes que ésta posee, se concluyó que en aquellas que existió el consumo de su placenta (Sánchez, 2015)
· Los valores de la composición bioquímica, tanto en sangre como en la leche que produce la madre, se ven significativamente incrementados los niveles de aminoácidos (lisina, valina, histidina, taurina, ac. aminobutírico, ac. aminoadípico, ac.glutámico, 79 treonina,glicina, serina, asparagina,e hidroxiprolina).
· Se ven aumentados los niveles en sangre de vitamina A y betacarotenos, hierro y magnesio.
· Se ve incrementada también la actividad de la vitamina K, altos niveles de la hormona osteocalcina, total y activa, y una disminución de osteocalcina inactiva/activa.
· La composición de la leche que producen se vio modificada, teniendo una mayor cantidad de ácidos grasos poliinsaturados totales y un aumento en la vitamina K2, relacionada a la salud de los huesos y el corazón.
La evidencia se hace presente en el respaldo de diversos tratamientos originados a base de placenta que han influido directamente en el tratamiento de diversas patologías y condiciones:
● Vitiligo y psoriasis: En el Centro de Histoterapia Placentaria, se observa como al utilizar un extracto alcohólico de placenta, preparado en forma de crema, se favorece la reproducción de los melanocitos existentes y la síntesis de melanina. Para la psoriasis se produce un medicamento denominado Coriodermina, elaborado con placenta humana. Dicha medicación viene en diferentes presentaciones como: jabón, polvo para ingerir al igual que cápsulas y pomada para utilizar sobre las lesiones (Olivera, X. 2019).
● Alopecia: En el mismo centro antes señalado, se produce un compuesto de fracción placentaria humana estimulante del pilotrofismo solubilizada en etanol, la cual se prepara como loción piloactiva y shampú piloactivo en presentaciones de 200 mL o 400 mL. Ambas tienen como beneficios, estimular el crecimiento y la regeneración de cabello, aumenta la circulación sanguínea en el cuero cabelludo, regula la secreción sebácea y brinda la coloración normal del cabello (Olivera, X. 2019).
● Membranas amnioticas en oftalmología: Estas membranas, son capaces de facilitar la migración de células epiteliales, refuerza la adhesión de dichas células, promueve la diferenciación celular, posee proteínas antiinflamatorias, factores inhibidores de la fibrosis y factores de crecimiento. Es rica en colágeno, no posee vasos sanguíneos, vasos linfáticos, ni nervios. También se aprecia la carencia de ciertos antígenos, por lo que se cree que tiene una escasa inmunogenicidad, lo que la hace ideal para el trasplante. Se cree que la gran permeabilidad de oxígeno y la hidratación epitelial es lo que favorece los buenos resultados (Olivera, X. 2019).
● Células madre: Los tejidos gestacionales y las células derivadas de ellos poseen características únicas, atractivas para la medicina regenerativa y la terapia celular, como sus propiedades inmunomoduladoras, su potencial de diferenciación. Las células madres se destacan por ser autorrenovables, se multiplican y son indiferenciadas, y por otro lado son capaces de diferenciarse en cualquier tipo de célula del organismo, como miocitos, neuronas y muchas más. Por esta razón las células madre son una gran alternativa al tratamiento de diversas patologías, con las que se puede reemplazar o reparar el tejido dañado. Su utilización puede ser como trasplante o como terapia celular (Jaime, Garza y Ortíz, 2007).
● Sangre de cordón: Conocida por su rico valor en células progenitoras hematopoyéticas, por lo que se ha comenzado a utilizar en trasplantes a pacientes con patologías hematológicas, neoplásicas o de otro tipo, que afectan la médula ósea. Para estas enfermedades se utilizaban desde hace unos 50 años, y se siguen utilizando hasta el día de hoy, trasplantes de progenitores hematopoyéticos, los cuales se realizan extrayendo y trasplantando células de la médula ósea de personas donantes (Olivera, X. 2019).
● Membranas amnióticas en quemados: Desde hace casi 100 años se utilizan las membranas amnióticas para el tratamiento de pacientes con quemaduras de segundo grado, superficial y profundo, y tercer grado. Al utilizarse como apósito biológico tiene grandes beneficios sobre las quemaduras, promueve la reepitelización, ayuda a proteger el área de bacterias, detiene la pérdida de plasma, la pérdida de proteínas y de líquidos. Es de baja antigenicidad, las células de ésta membrana tiene la capacidad de no expresar antígenos HLA. Tiene una gran eficacia para aplacar el dolor inmediatamente luego de su aplicación debido a la presencia de factores antiinflamatorios. Es una alternativa económica y eficaz comparando con los injertos de piel cadavérica o apósitos biosintéticos (Sandoval, 1982; Rodríguez, 2009).
● Membranas amnióticas en úlceras de miembros inferiores: La utilización de las membranas amnióticas ha demostrado una gran eficacia en úlceras corneales y en una gran cantidad de patologías (Alsina y Pedregosa, 2012).
En Chile, el reconocimiento oficial de los usos sociales de la placenta expresado en la Norma Técnica 189 del Ministerio de Salud, comienza con el movimiento mapuche, que desde fines del siglo XX, colocó insistentemente la necesidad de avanzar en la materia. Para los pueblos indígenas en Chile, la placenta ha sido y sigue siendo motivo de atención, por cuanto simboliza la conexión primigenia del bebé con la madre y la tierra. (Bustos,2021)
En este marco, fue preciso establecer una excepción al reglamento, de manera que la placenta pudiera ser reclamada por la mujer que diera a luz. De este modo, se dispuso que la placenta podría ser utilizada con fines “culturales”. Así, “sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 6° bis No. 2 del Decreto 6, de 2009, del Ministerio de Salud, la placenta se entregará a requerimiento de la mujer”, siempre y cuando “sea destinada a prácticas culturales que la mujer considere relevantes” (Minsal, 2017).
Desde la partería y la cosmovisión de los pueblos originarios es símbolo de vida, representa la relación entre la madre y el/la recién nacido/a. Su abordaje ceremonial se resguarda para un ámbito más hogareño, que posibilita a la familia y cercanos del recién nacido/a fortalecer y reafirmar los lazos de protección y acompañamiento del niño/a en su formación como persona. En ese sentido, el manejo de la placenta determina el destino del niño/a, de ahí el especial cuidado que la familia otorga a la placenta, ya que el destino de ésta tiene gran importancia y repercusión en la vida de la familia y comunidad.
Para los Mapuche, quienes históricamente tienen una gran conexión con la madre tierra (Ñuke Mapu), la placenta (kudiñ) es ofrendada tras el parto y se siembra bajo un árbol frutal o medicinal para que quede protegido de los "malos espíritus ".
Alarcón y Nahuelcheo (2008) observan que la placenta “lleva el espíritu de la madre y del niño”, razón por la cual se debe cautelar su disposición final. Las autoras coinciden en que la placenta debe enterrarse en un árbol nativo o frutal, “lo cual daría protección y fortaleza física al niño”. El rügalkuzitun es un mecanismo de preservación y restauración del equilibrio entre los seres que habitan los espacios y niveles del wallmapu (universo mapuche); es una devolución a la matriz de la vida, que permite renovar el ciclo de la naturaleza humana y extrahumana.
También consideran que la placenta puede ser leída de manera astrológica, donde la partera puede saber cómo será el carácter del niño, y que otras cosas deparan en su futuro. Además creen que la placenta lleva consigo un poco del alma del niño y otro poco del alma de la madre, por lo que su destino final debe ser muy cuidado. (Alarcón, A. y Nahuelcheo, Y., 2008)
Para concluir me doy cuenta que en la medida que avanzamos en el acompañamiento integral del parto y nacimiento, es imprescindible experimentar una apertura, en el sentido de entregar información y facilitar requerimientos individuales que presentan hoy las mujeres y familias con sus placentas, desde lo medicinal, simbólico e espiritual.
Ahora que les comparto un poco más de las propiedades y usos de la placenta, ¿te llevarías tu placenta?
Referencias:
Bustos B. La regulación de la placenta en Chile: Reflexiones antropológicas en torno a las políticas públicas y la legislación sanitaria. Maguaré. 2021;35(2):127-160.
Gobierno de Chile, Ministerio de Salud. Norma General Técnica N° 189 para la entrega de la placenta. Santiago: Ministerio de Salud; 2017.
Nahuelcheo Y, Alarcón A. Creencias sobre el embarazo, parto y puerperio en la mujer mapuche:
Molina, R. C., & Castillo, M. B. (2023). Placenta: móviles, usos y significaciones en el centro-sur de Chile. Salud Colectiva, 18, e4102.rsaciones privadas. Chungara, Revista de Antropología Chilena. 2008;40(2):193-202.
Sánchez, S. (2015). “Influencia de la reincorporación oral de placenta (ROP) autóloga tras el parto, en la evolución bioquímica sanguínea y láctea” (Trabajo de grado Doctoral). Recuperado el 18 de Julio de 2017 desde 88 https://acceda.ulpgc.es:8443/bitstream/10553/22590/4/0736351_00000_0000.p df
Olivera, X. (2019). Placenta, el gran órgano: Utilidades luego del alumbramiento, a nivel cultural y de la ciencia.
Martínez Pizarro, S. (2020). Membrana placentaria en el tratamiento de las úlceras del pie diabético. Enfermería Investiga, 5(2), 4–6. https://doi.org/10.31243/ei.uta.v5i2.874.2020
Martín Herrera, D. (2017). La placenta, mucho más que un órgano funcional. Ius et scientia, 3 (1), 63-78.
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