Por Pía Villarroel, matrona
“¡Hola buenas tardes mi nombre es Pía y soy la matrona que te va a atender, gusto en saludarte ¿cuál es tu nombre?”
Al otro lado del escritorio tenemos a una adolescente, sintiéndose incómoda, expuesta, avergonzada e invadida, con la mirada en el suelo, no me mira, no me habla, no contesta a ninguna de las preguntas, a su lado está su madre quien fue la solicito la hora de la consulta.
Casi de inmediato la madre comienza a hablar y cuenta que la trae porque “ya está pololeando” (esta con pareja), ese es el motivo de consulta.
Ella, yo, tu, él, nosotros, nosotras, vosotros, vosotras y ellos, todas, todas y todes sabemos, que detrás de eso, la madre busca evitar que la adolescente “se embarace” y su consulta es para el uso de anticoncepción hormonal. Así como también, muchas adolescentes necesitan la anticoncepción, pero consultan por problemas menstruales para que se les sea entregado un anticonceptivo hormonal.
En la evolución sanitaria chilena, la historiadora Soledad Zárate plantea cómo la salud ha pasado de ser un asunto privado a un asunto de Estado, esto también aplica para la sexualidad y la reproducción que se transforman en asuntos de Estado (a mediados del siglo pasado), dando origen a políticas públicas de control de la natalidad. No obstante, la preocupación por aquel entonces no necesariamente el ejercicio de derechos sexuales y reproductivos, si no que el control de la pobreza, la mortalidad materna y el aborto inseguro (Zárate: 2008) y para las personas adolescentes en la actualidad parece ser que también es la tónica, no necesariamente el ejercicio de derechos y proteger un desarrollo saludable, sino más bien todo se reduce a control de natalidad y sangrado menstrual sin síntomas.
Cuando investigamos las causas detrás de esos problemas menstruales por los cuales consultan las adolescentes, en general encontramos deficiencias de macro y micronutrientes críticos, presiones por tener un cuerpo normativo (ser flaca), patrones alimentarios poco saludables, respuestas al estrés deterioradas por vínculos afectivos tóxicos o violencia y alteraciones en el balance hormonal.
La pregunta es ¿todo eso se corrige usando anticonceptivos hormonales? y la respuesta es NO, pero enmascara síntomas, puede resolver la necesidad oculta de anticoncepción, sin embargo no se atendieron sus problemas de salud menstrual- que por ende también son de salud general-y por tanto no hay acceso a un ejercicio pleno de derechos.
En la adolescencia, uno de los aspectos de la salud sexual y la sexualidad es el desarrollo de la subjetividad sexual, es decir, la inclusión de un yo sexual en la propia autodefinición e identidad global. Para adolescentes mujeres, el desarrollo de un sentido del yo como sujeto sexual (y no como objeto), es necesario a fin de decidir activamente acciones que satisfagan las necesidades tanto de placer sexual como de seguridad sexual (Hewitt-Stubbs et al., 2016).
La subjetividad sexual se asocia a una mayor adopción de conductas protectoras, la autoeficacia, la estima sexual, la autoestima y el bienestar global (Hewitt-Stubbs et al., 2016), es decir, “el desde” donde se construye bienestar en la adolescencia.
Cabe preguntarse si la anticoncepción hormonal ¿es inocua la anticoncepción para las adolescentes?
El uso de anticonceptivo puede que disminuya los síntomas que deterioran la calidad de vida como la caída del cabello, el acné o bien las menstruaciones dolorosas e irregulares, no obstante el anticonceptivo no va a lograr que la adolescente duerma mejor y suficiente, no la va a ayudar con el balance de macro y micronutriente, ni tampoco va a regular su eje de estrés; y a su vez , su uso tampoco es inocuo, puesto que afecta la densidad mineral ósea que está en construcción durante la adolescencia y volviendo a “la traje porque está pololeando” , como matrona integral de familia me pregunto ¿a costa de qué le damos esa tranquilidad a la madre? o las consecuencias del sesgo cultural y de que la salud reproductiva en la adolescencia se reduce a sólo evitar una gestación.
La evidencia científica sugiere que el uso de anticonceptivos hormonales en adolescentes puede comprometer la adquisición de densidad mineral ósea, especialmente con anticonceptivos orales combinados de dosis baja y medroxiprogesterona inyectable. Durante la adolescencia, se acumula una cantidad significativa de masa ósea, esencial para la salud ósea futura. Los anticonceptivos hormonales afectan la densidad mineral ósea (DMO) en adolescentes de la siguiente manera
Impacto negativo en la DMO: El uso de anticonceptivos orales combinados (ACO) con bajas dosis de etinilestradiol (EE) puede obstaculizar la adquisición normal de DMO en la columna lumbar y el radio. Los adolescentes que utilizan COC presentan una menor ganancia de masa ósea en comparación con aquellos que no los usan (Cibula et.al., 2012; Orsolini et.al., 2023; Rizzo et.al., 2019).
Dosis de estrógeno: La influencia de los ACO sobre la DMO parece depender principalmente de la dosis de estrógeno. Las dosis más bajas de EE están relacionadas con una menor ganancia de DMO. ACO con 30 μg de EE muestran un aumento en la DMO lumbar, mientras que aquellos con 15 μg tienen un aumento más limitado. Otra cosa importante es que al inhibir la ovulación los anticonceptivos hormonales también inhiben la liberación de progesterona cuya acción es clave en la densidad mineral al inhibir la resorción ósea y estimular la proliferación osteoblástica- y si pensaste que los progestágenos sintéticos contenidos en los anticonceptivos hormonales, podrían reemplazar la progesterona a nivel óseo no lo hacen- (Cicula et.al., 2012; Brajic et.al., 2021, Nappi et.al., 2012; Bachrach, 2020)
Comparación con Otros Métodos: El uso del acetato de medroxiprogesterona (DMPA) se asocia con una reducción significativa en la DMO en comparación con los usuarios de ACO y no usuarios. Los efectos negativos de los anticonceptivos inyectables son más marcados que los de los ACO (Cromer et al., 2008; Beksinka et al., 2009).
Duración del uso y efectos a largo plazo: El uso de ACO durante dos años no mostró efectos significativos en la DMO comparado con no usuarios, aunque hubo una tendencia hacia una menor ganancia ósea. La combinación de diferentes métodos anticonceptivos hormonales podría tener un impacto menos negativo en la DMO que el uso exclusivo de inyectables (Gai et al., 2012; Beksinska et al., 2009)
El uso de anticonceptivos hormonales, puede perjudicar la adquisición de DMO en adolescentes. La dosis de estrógeno es crucial para determinar el grado del efecto, pero al haber privación de progesterona la densidad se afecta igual, el uso prolongado podría comprometer la salud ósea durante esta etapa crítica del desarrollo.
Considerando que, históricamente, la salud sexual y reproductiva en adolescentes está determinada por los adultos y estos tienen una visión negativa global de la vida sexual adolescente, es necesario que esta población encuentre en nosotras una atención que centrada en el bienestar y el desarrollo integral de la población adolescente.
El fortalecimiento de la autonomía desde el pleno desarrollo puede contribuir, por tanto, a una fortalecida individualidad, que posibilite la trascendencia desde el ámbito individual al colectivo; del ámbito privado al público, asumiendo y ejerciendo una capacidad crítica, transformadora de la realidad social marcada por el adultocentrismo y que puede ser una limitante para el ejercicio de Derechos Sexuales y Reproductivos
Referencias bibliográficas:
Bachrach, L. (2020). Hormonal Contraception and Bone Health in Adolescents. Frontiers in Endocrinology, 11. https://doi.org/10.3389/fendo.2020.00603.
Beksinska, M., Kleinschmidt, I., Smit, J., Farley, T., & Rees, H. (2009). Bone mineral density in young women aged 19-24 after 4-5 years of exclusive and mixed use of hormonal contraception.. Contraception, 80 2, 128-32 . https://doi.org/10.1016/j.contraception.2009.02.001.
Brajic, T. S., Goshtasebi, A., Goldberg, T. B. L., Berenson, A. B., & Prior, J. C. (2021). "The pill" suppresses adolescent bone growth, no matter the estrogen dose. CMAJ : Canadian Medical Association journal = journal de l'Association medicale canadienne, 193(50), E1922. https://doi.org/10.1503/cmaj.80396
Cromer, B., Bonny, A., Stager, M., Lazebnik, R., Rome, E., Ziegler, J., Camlin-Shingler, K., & Secic, M. (2008). Bone mineral density in adolescent females using injectable or oral contraceptives: a 24-month prospective study.. Fertility and sterility, 90 6, 2060-7 . https://doi.org/10.1016/j.fertnstert.2007.10.070.
Cibula, D., Skřenková, J., Hill, M., & Stepan, J. (2012). Low-dose estrogen combined oral contraceptives may negatively influence physiological bone mineral density acquisition during adolescence.. European journal of endocrinology, 166 6, 1003-11 . https://doi.org/10.1530/EJE-11-1047.
Hewitt-Stubbs, G., Zimmer-Gembeck, M. J., Mastro, S., & Boislard, M. A. (2016). A Longitudinal Study of Sexual Entitlement and Self-Efficacy among Young Women and Men: Gender Differences and Associations with Age and Sexual Experience. Behavioral Sciences, 6(1). https://doi.org/10.3390/BS6010004
Gai, L., Jia, Y., Zhang, M., Gai, P., Wang, S., Shi, H., Yu, X., & Liu, Y. (2012). Effect of two kinds of different combined oral contraceptives use on bone mineral density in adolescent women.. Contraception, 86 4, 332-6 . https://doi.org/10.1016/j.contraception.2012.01.009.
Nappi, C., Bifulco, G., Tommaselli, G., Gargano, V., & Carlo, C. (2012). Hormonal contraception and bone metabolism: a systematic review.. Contraception, 86 6, 606-21 . https://doi.org/10.1016/j.contraception.2012.04.009
Orsolini, L., Goldberg, T., Caldeirão, T., Silva, C., Rizzo, A., Biason, T., Teixeira, A., & Nunes, H. (2023). Bone impact after two years of low-dose oral contraceptive use during adolescence. PLOS ONE, 18. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0285885.
Rizzo, A., Goldberg, T., Biason, T., Kurokawa, C., Silva, C., Corrente, J., & Nunes, H. (2019). One-year adolescent bone mineral density and bone formation marker changes through the use or lack of use of combined hormonal contraceptives.. Jornal de pediatria. https://doi.org/10.1016/j.jped.2018.05.011.
Zárate, M (2008). Por la salud del cuerpo. Historia y políticas sanitarias en Chile, Santiago, Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2008, 284 p
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