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La ovulación y el ciclo menstrual: el quinto signo vital de la salud femenina

Actualizado: 18 ago


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En la práctica clínica, aún es común asumir que tener ciclos regulares de entre 21 y 35 días implica una salud hormonal óptima. Sin embargo, la regularidad no siempre es sinónimo de ovulación, y la ovulación no debe verse únicamente como un evento reproductivo, sino como un signo vital. En el ámbito de la salud femenina, cada vez más investigaciones y voces expertas coinciden en esto y ven el ciclo menstrual como un indicador esencial de la salud integral de la mujer. Lisa Hendrickson-Jack (2019), investigadora y educadora en salud menstrual, lo denomina el quinto signo vital, equiparándolo a parámetros clínicos como la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial.

Esta visión plantea que la calidad, regularidad y características del ciclo menstrual aportan información crítica sobre el estado general de salud, permitiendo detectar desequilibrios hormonales, enfermedades crónicas y alteraciones metabólicas mucho antes de que se manifiesten otros síntomas clínicos.


El ciclo menstrual como un espejo del bienestar interno

El ciclo ovulatorio implica una secuencia de eventos hormonales, en la que el estradiol (E2) y la progesterona (P4) actúan como hormonas complementarias y esenciales. Mientras el estradiol promueve el crecimiento y preparación de los tejidos, la progesterona genera el control de la proliferación de estos tejidos y un equilibrio necesario para la estabilidad del sistema reproductivo y el bienestar general.

La ausencia de ovulación (ciclo anovulatorio) significa que no se produce el aumento fisiológico de progesterona posterior a la ovulación, alterando esta relación y, en el largo plazo, afectando la salud integral.

El equilibrio entre estradiol y progesterona es fundamental para la salud ósea, cardiovascular, metabólica, inmunológica y mental (Prior, 2020). Una alteración sostenida en este balance puede indicar la presencia de disfunciones endocrinas o sistémicas.


La ovulación: mucho más que fertilidad

La ovulación es el evento central del ciclo menstrual y su presencia o ausencia tiene repercusiones que van más allá de la capacidad reproductiva. Entre sus beneficios se incluyen:

  • Salud ósea: la progesterona estimula la formación de tejido óseo, reduciendo el riesgo de osteoporosis en la edad adulta.

  • Salud cardiovascular: los niveles hormonales óptimos favorecen un perfil lipídico saludable, con mayor HDL y regulación de triglicéridos (Vashishta et al., 2017).

  • Elevación de la tasa metabólica: la progesterona eleva la tasa metabólica y apoya la mantención adecuada de reservas energéticas.

  • Bienestar mental: la progesterona modula neurotransmisores como el GABA, reduciendo la ansiedad y favoreciendo el sueño reparador (Berga & Naftolin, 2012).

  • Sistema inmune: regula la presencia de macrófagos ováricos y la respuesta inflamatoria cíclica (Zhang et al., 2021; Clancy et al., 2013).


Ciclos anovulatorios: una señal de alerta temprana

La ausencia de ovulación —incluso en mujeres con menstruaciones aparentemente regulares— puede deberse a estrés crónico, desnutrición, síndrome de ovario poliquístico, hipotiroidismo o exceso de ejercicio. Estos ciclos anovulatorios no solo comprometen la fertilidad, sino que constituyen un indicador de riesgo para enfermedades crónicas como:

  • Síndrome metabólico y diabetes tipo 2.

  • Enfermedades cardiovasculares.

  • Osteoporosis.

  • Ciertos tipos de cánceres ginecológicos (Casola et al., 2024; Attia et al., 2023).


El quinto signo vital

En su libro The Fifth Vital Sign (2019), Hendrickson-Jack expone cómo la observación detallada del ciclo menstrual —su duración, regularidad, presencia de ovulación, calidad del moco cervical y características del sangrado— es una herramienta diagnóstica poderosa. Según la autora, el seguimiento del ciclo permite detectar desequilibrios hormonales y problemas de salud antes que muchos exámenes convencionales.

Además, promueve la alfabetización corporal: un proceso mediante el cual la mujer aprende a interpretar las señales de su cuerpo y a comunicar esta información de forma precisa a los profesionales de salud, participando activamente en las decisiones clínicas que le afectan.

Les recordamos que Lisa estará por primera vez en Chile en esta increíble Masterclass


Implicancias clínicas y de salud pública

Considerar el ciclo menstrual y la ovulación como un signo vital implica que transformar los controles de salud rutinarios por consultas integrales que deberían incluir preguntas claves y evaluaciones sobre la salud menstrual. Esto permitiría:

  • Detectar precozmente patologías endocrinas y metabólicas.

  • Implementar intervenciones preventivas antes de que aparezcan complicaciones.

  • Promover un enfoque integral de la salud femenina, más allá de la reproducción.


En una de las clases de nuestro Curso de especialización en Salud Menstrual, Pía Villarroel nos llevó a una analogía muy transformadora: si dejamos de ver el cuerpo de la mujer como una maquina defectuosa y la comparamos con un jardín o una huerta, entenderemos que es un cuerpo que necesita cuidados integrales y que necesita que haya una persona capacitada para cuidar e interpretar las señales y facilitar que esas semillas puedan florecer y ese jardín o huerta pueda estar en equilibrio.


En Escuela Renacer creemos que la ovulación y el ciclo menstrual son mucho más que procesos reproductivos: son marcadores biológicos de salud. Integrar esta visión en la educación y atención en salud no solo les devuelve el poder a las mujeres, sino que también contribuye al cuidado y bienestar de las mujeres.



Referencias


  1. Attia, G. M., Alharbi, O. A., & Aljohani, R. M. (2023). The impact of irregular menstruation on health: A review of the literature. Cureus, 15(11), e49146. https://doi.org/10.7759/cureus.49146

  2. Berga, S., & Naftolin, F. (2012). Neuroendocrine control of ovulation. Gynecological Endocrinology, 28(sup1), 9–13. https://doi.org/10.3109/09513590.2012.651929

  3. Brown, E. D. L., Obeng-Gyasi, B., Hall, J. E., & Shekhar, S. (2023). The thyroid hormone axis and female reproduction. International Journal of Molecular Sciences, 24(12), 9815. https://doi.org/10.3390/ijms24129815

  4. Casola, A. R., Renaud, A., & Mulki, A. K. (2024). Discussing menstrual health in family medicine. Family Medicine and Community Health, 12(2), e002149. https://doi.org/10.1136/fmch-2023-002149

  5. Clancy, K. B. H., Baerwald, A. R., & Pierson, R. A. (2013). Systemic inflammation is associated with ovarian follicular dynamics during the human menstrual cycle. PLoS ONE, 8(5), e64807. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0064807

  6. Hendrickson-Jack, L. (2019). The fifth vital sign: Master your cycles & optimize your fertility. Fertility Friday Publishing Inc.

  7. Monteiro, C., Scheffer, B., Carvalho, R., & Scheffer, J. (2019). The impact of dehydroepiandrosterone in poor ovarian responders on assisted reproduction technology treatment. JBRA Assisted Reproduction, 23(4), 414–417. https://doi.org/10.5935/1518-0557.20190045

  8. Prior, J. C. (2020). Women’s reproductive system as balanced estradiol and progesterone actions—A revolutionary, paradigm-shifting concept in women’s health. Drug Discovery Today: Disease Models, 32, 1–12. https://doi.org/10.1016/j.ddmod.2020.100114

  9. Vashishta, S., Gahlot, S., & Goyal, R. (2017). Effect of menstrual cycle phases on plasma lipid and lipoprotein levels in regularly menstruating women. Journal of Clinical and Diagnostic Research, 11(5), CC05–CC07. https://doi.org/10.7860/JCDR/2017/26031.9799

  10. Zhang, Z., Huang, L., & Brayboy, L. (2021). Macrophages: An indispensable piece of ovarian health. Biology of Reproduction, 104(3), 527–538. https://doi.org/10.1093/biolre/ioaa219


 
 
 

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