top of page

Sobremedicalización del parto, desde una mirada crítica


ree

La sobremedicalización del parto constituye uno de los fenómenos más estudiados y cuestionados en el campo de la antropología médica contemporánea, visibilizando cómo las prácticas obstétricas se han transformado en dispositivos de control, disciplinamiento del cuerpo femenino y reproducción de desigualdades estructurales.

A través de una amplia trayectoria investigativa se evidencia cómo el modelo biomédico tecnocrático —y su articulación con lógicas patriarcales, colonialistas y jerárquicas— ha configurado una forma de atención donde el cuerpo gestante es reducido a riesgo, peligro y déficit. Esta mirada no solo legitima un conjunto de intervenciones rutinarias sin respaldo científico, sino que desvía el sentido del parto como un proceso fisiológico, relacional y profundamente humano.

Investigaciones institucionales recientes como el Policy Brief sobre Sobremedicalización del Parto en Chile (Universidad de Chile, 2022) han reforzado que este fenómeno no es anecdótico, sino estructural. Sin embargo, también muestran hallazgos esperanzadores: se observa potencial de mejora cuando se fortalecen la educación, la autonomía y los modelos de parto humanizado y respetados.

A continuación, se presenta un análisis integrado de estas perspectivas para comprender la sobremedicalización desde la evidencia antropológica, epidemiológica y política actual.


1. ¿Qué entendemos por sobremedicalización del parto?

La sobremedicalización implica la aplicación de intervenciones, procedimientos o tratamientos cuando no existe una indicación clínica que los justifique, o cuando se realizan de manera rutinaria sin considerar:

  • la fisiología del parto,

  • el contexto emocional y cultural,

  • la autonomía de las mujeres,

  • la evidencia científica actual.

En palabras de Sadler, se trata de un proceso en el que “los cuerpos de las mujeres dejan de ser sujetos del nacimiento y pasan a ser objetos de manejo técnico” (Sadler, 2016).

El parto tecnocrático descansa en la idea de que el cuerpo femenino es intrínsecamente defectuoso, por lo que requiere vigilancia continua, control externo y procedimientos que aceleren o reemplacen sus ritmos naturales.


2. El parto como escenario político y biocultural

Las prácticas obstétricas rutinarias —como la monitorización continua, la restricción de movimiento, la oxitocina sin indicación, la ruptura artificial de membranas y la episiotomía sistemática— operan como rituales institucionales que refuerzan jerarquías de género, profesionalismo médico y nociones patriarcales de obediencia.

En su artículo de 2022, Sadler argumenta que la episiotomía practicada de manera rutinaria, sin consentimiento y con secuelas funcionales y sexuales, debe ser nombrada como lo que es: una forma de mutilación genital femenina.

Los testimonios analizados muestran:

  • dolor crónico,

  • impacto en la vida sexual,

  • trauma obstétrico,

  • falta de explicación o consentimiento,

  • y normalización de la práctica por parte del equipo médico.

Este es uno de los aportes más contundentes y recientes en América Latina.

Además se  propone un giro epistemológico: pensar el parto desde el cuidado colectivo, no desde la lógica del riesgo individual. Esto implica reconocer el parto como un proceso biocultural que requiere apoyo emocional, acompañamiento, información clara y ambientes seguros.

En 2024, Sadler enfatiza que aunque crece la consciencia sobre violencia obstétrica y nacimiento respetado, las barreras institucionales siguen siendo profundas:protocolos rígidos, jerarquías profesionales, formación biomédica centrada en el control, y una cultura hospitalaria que desconfía del cuerpo de la mujer.

ree

3. Aportes desde la evidencia

El Policy Brief “Sobremedicalización del parto y nacimiento en Chile” ofrece datos clave que complementan la visión antropológica.

El informe documenta altos niveles de:

  • inducciones sin indicación clara,

  • cesáreas por razones no clínicas,

  • uso sistemático de oxitocina,

  • poca libertad de movimiento,

  • separación madre–recién nacido.

Todos estos elementos se relacionan con prácticas normalizadas más que con evidencia científica.

La sobremedicalización afecta:

  • la experiencia emocional del parto,

  • la salud psicosocial,

  • la lactancia,

  • el vínculo temprano,

  • y la percepción del nacimiento como un evento traumático.

Interesantemente, el brief identifica disminuciones recientes en intervenciones innecesarias, particularmente en algunos hospitales públicos con programas de parto y nacimiento respetado. Esto sugiere que, con políticas adecuadas, la transformación es posible.


4. La sobremedicalización como expresión de desigualdad

No todas las mujeres viven la medicalización de igual manera. Aquellas con:

  • menos recursos,

  • menor escolaridad,

  • origen migrante,

  • escaso apoyo,

  • o experiencias previas traumáticas,

suelen enfrentar mayor riesgo de intervenciones no justificadas.La sobremedicalización es, por tanto, un problema de justicia reproductiva.


5. Hacia un nuevo modelo de atención: evidencia para la transformación

La investigación reciente converge en recomendaciones claras:

-       Promover modelos de parto centrados en el cuidado y la fisiología: Casas de parto, centros de nacimiento y unidades de bajo riesgo con liderazgo de matronas.

-       Garantizar el consentimiento informado real.

-       Reducir intervenciones rutinarias sin respaldo científico.

-       Asegurar acompañamiento continuo durante el parto.

-       Formar equipos interdisciplinares en enfoque biocultural y de derechos.

-       Incorporar la experiencia subjetiva como indicador de calidad.

Estos lineamientos coinciden plenamente con la perspectiva antropológica y los hallazgos del Policy Brief.



La sobremedicalización del parto no es un problema aislado ni atribuible a decisiones individuales de profesionales. Es una condición estructural que surge de un modelo que considera el cuerpo de las mujeres como un riesgo permanente, en lugar de un sistema fisiológico capaz y competente.

Les invitamos a replantear la atención del parto y nacimiento como un espacio de cuidado, respeto, horizontalidad y autonomía, donde las mujeres recuperen su protagonismo y el parto vuelva a ser reconocido como un evento biocultural fundamental.

Transformar el modelo obstétrico no es solo una cuestión técnica: es una apuesta ética, política y humanizadora.



Referencias

  1. Davis-Floyd, R. (2001). The technocratic, humanistic, and holistic paradigms of childbirth. International Journal of Gynecology & Obstetrics, 75(S1), S5–S23.

  2. Davis-Floyd, R. (2018). Ways of knowing about birth: Mothers, midwives, medicine, and birth activism. Waveland Press.

  3. Sadler, M. (2016). El nacimiento en Chile: medicalización, violencia obstétrica y derechos reproductivos.

  4. Sadler, M., et al. (2021). El cuidado en la atención del nacimiento: de la responsabilidad individual a la colectiva. Revista Chilena de Antropología.Sadler, M. (2022). Nombrando la episiotomía de rutina por lo que es: mutilación genital femenina. Religación.

  5. Universidad de Chile. (2022). Policy Brief: Sobremedicalización del parto y nacimiento en Chile.

 
 
 

Comentarios


SÍGUENOS:
  • Whatsapp
  • Instagram
  • Facebook
  • Youtube

"Cada uno, desde su lugar, puede participar en la iniciación de una nueva consciencia sobre la importancia de la manera en que nacemos"

Michel Odent

bottom of page